Los tres caminos del poder
Hay tres caminos al poder: Amenazar con el castigo (el palo), prometer una recompensa (la zanahoria) y la influencia.
De los tres el último es específicamente humano y es para mi el más poderoso. Con los dos primeros hacemos las cosas por mero cálculo, con el tercero hacemos las cosas por convencimiento de que es lo apropiado (ojo, aunque no lo sea!).
Probablemente por eso todos los reyes tarde o temprano buscan un credo o una ideología que justifique su poder: Castigar y recompensar es muy cansado.
De la misma manera, aquellos padres que fundamentan su autoridad en el palo y la zanahoria no tardan en perderla. Cuando llega la adolescencia o le has dado a tu hijo un sistema de valores y unas normas de convivencia que ha hecho suyas o lo has perdido para siempre.
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